Crónicas de un Gordo Capítulo: El altar de la birria.
Hoy hice peregrinación carnívora a la birria de Don Santos, donde no hay menú, solo mandamiento: "vienes a comer y a quedarte callado."
Al mero estilo de Jalisco, aquí no se juega con el antojo. La birria es de lecha, cocida en horno de barro como dictan los dioses de la garnacha. Cada taco trae historia, cada sorbo de consomé te calla la boca… por respeto.
La salsa no se sirve, se venera. Y el ritual empieza cuando te llega el plato humeante que parece decirte: "no eres tú quien eligió estar aquí… fue el destino."
Olor a leña, a guiso bien hecho, a calle y a domingo.
¿La mejor de la región? Seamos honestos: sí.
No tomé foto porque el hambre no perdona, pero los remordimientos tampoco.
Gracias, Don Santos. Por recordarnos que el buen comer también es un acto de fe.

¡Devorando amores en Tepic!

Hoy el Gordo se fue de safari gastronómico por la selva urbana de Tepic y aterrizó en un rincón que no le escatimó ni en sabor ni en cariño: El Mil Amores, un nuevo templo culinario ubicado por avenida Proyecto número 100, entre Ures y San Luis.
Desde que uno cruza la puerta, se siente que aquí se cocina con corazón. El menú arranca suave, con hamburguesitas pensadas para los peques, pero rápidamente sube el volumen hasta platos que no piden permiso para conquistarte.
Los camarones envueltos en tocino y rellenos de queso... No hay otra forma de decirlo: ¡era un viaje intergaláctico al sabor!
Los chicharrones de pescado, doraditos y crujientes, fueron un verdadero agasajo al paladar.
Las costillas BBQ no se comen, se veneran: carne suave, salsa intensa, y sí... de chuparse los dedos sin pena.
El cóctel de mariscos, fresco, poderoso… nivel “levanta muertos”. Ideal para quien necesita resucitar después de una semana intensa.
El Mil Amores tiene alma. Cada platillo parece contarte una historia. Y si sigue así, no hay duda: este lugar se va a meter en el corazón —y el estómago— de los nayaritas.
Huevos con sorpresa: cuando el hambre y la curiosidad se topan con una grata economía
Una mañana cualquiera, de esas donde el estómago comienza a quejarse antes de que el sol termine de asomarse, decidí aventurarme por el centro de Tepic en busca de algo sabroso pero sin que me doliera el bolsillo. Y ahí estaba el letrero, modesto pero directo: “Desayunos por 45 pesos.” Como buen curioso y amante de los buenos sabores, me dije: “A ver qué tal…”
Entré. No esperaba mucho, lo confieso. Pero me encontré con un lugar limpio, ágil, y con ese olor reconfortante que solo el chorizo puede regalar en las mañanas. Pedí unos huevos con chorizo. En menos de diez minutos ya tenía el platillo frente a mí, servido con tortillas recién hechas y una salsita que no necesitaba presentación. Casera, picosita, perfecta.
No hubo lujo. Pero sí hubo sabor, rapidez y cordialidad. Y eso, en estos tiempos donde cada peso cuenta, sabe a mucho. Así que si usted anda por el centro, buscando algo sencillo, económico y bien hecho, no lo piense dos veces. Hay una casona vieja sobre la calle Veracruz, justo a un costado de la Fundación Álica, donde se desayuna con el alma y el gusto.
Yo, el Gordo, ya lo probé. Y lo recomiendo.
P.D. Yo si pague mi desayuno

La Condesita: Sabores que miran al pasado desde Miravalles.
Hay rincones donde la historia se sienta contigo a la mesa. Esta vez, el destino me llevó a Miravalles, Nayarit, un poblado pequeño, de esos que guardan siglos en sus muros y leyendas en su silencio. Frente a la imponente Ex Hacienda de Miravalles, esa joya colonial que ha resistido tiempo, fuego y olvido, descubrí La Condesita —un restaurante humilde en tamaño, pero desbordante en sabor.
Desde la entrada, sentí que este sitio no sólo servía comida… servía recuerdos. Cada platillo sabe a casa de abuela, a cocina de domingo, a sazón que no tiene prisa. La Condesita no presume nada: deja que el olor a tortillas recién hechas, el caldo humeante y el guiso que pega suave en el alma hagan el trabajo.
Probé lo que había en el día —no necesitas menú, sólo confianza— y entre cucharada y mirada a la Hacienda frente a mí, entendí que el sabor también puede ser paisaje. La combinación entre arquitectura antigua y cocina casera es como estar en una novela que huele a epazote y se lee entre risas.
Yo, el gordo, se los digo como es: este lugar no tiene manteles largos ni vajilla elegante, pero tiene lo que tantos restaurantes han perdido: alma. Si alguna vez quieren probar cómo sabía la comida de antes, sin modas ni filtros, vayan a La Condesita. No me crean a mí… créanselo a su paladar cuando les pida volver.
Con unas gordas un chilito y un quesito, acompañado de un cafecito de olla se prepara la meor cena del mundo.
¡Fiesta, tradición y música en Compostela Nayarit!

Este 25 de julio, la cabalgata en honor a Santo Santiago Apóstol se viste de gala con la presencia de Chuy Lizárraga y El Coyote, íconos de la música sinaloense.
Al finalizar la cabalgata, Chuy Lizárraga ofrecerá un concierto gratuito en la plaza principal para cerrar con broche de oro una jornada llena de fe, cultura y pasión por nuestras raíces.
¡Nos vemos en Compostela!
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Hoy quiero felicitar a mi amiga la Cheff Betty Vázquez, por su nuevo proyecto, ahora para Telemundo.